martes, 21 de enero de 2014

Dejar de aprender, pensar, crear

Hoy no ha sido un día fácil. Partió bien:,los niños se levantaron, ordenaron, se vistieron, hicieron sus camas. Pero cuando salimos, todo fue un caos: reclamaron porque no querían ir a donde tenía que ir, chacotearon en el auto, infinitas veces tuve que pedirles que se sentaran. Cuando llegamos a nuestro destino, les pedí que se portaran bien, pero al final tuvimos que irnos. Gritos, retos, enojos. Yo enrabiada porque necesitaba conocer y conversar con una persona y no pude, habiendo perdido toda la mañana. Y al mismo tiempo que me enrabiaba, me sentía culpable por sentir eso por mis hij@s. Me vine todo el camino repitiéndome a mí misma: son niñ@s, no lo hacen para molestarme, no es un ataque personal a mí... Y es que cuando pasan estas cosas no puedo evitar pensar ¿por qué me hacen esto a MÍ? En fin, les pedí que me dejaran tranquila el resto de la tarde para poder pensar y que se me pasara el enojo, para no empeorar la situación.

Cuando me pasan estas cosas, cuando me siento así, me cuestiono si será bueno que pase tanto tiempo con mis hij@s. (Les recuerdo que lo que aquí escribo y planteo se basa en MI situación, no pretendo juzgar a nadie con las opciones que cada un@ ha tomado.) ¿Acaso no será mejor tener tiempo para mí y dejarlos con otra persona que los cuide? ¿No sería mejor estar con ellos para disfrutar y que otr@ se encargue de decirles que coman con la boca cerrada, ordenen, cuelguen sus parkas, se laven los dientes, etc? Quizás....Lamentablemente, al menos mis hij@s, no funcionan así. No se pueden programar para que todos se porten mal cuando no estoy y se porten bien cuando están conmigo. Y porque son tan ricos cuando se portan bien, es que trato de estar con ellos lo más posible.

¿Qué tiene que ver toda esta cháchara con educación? Ahora les explico. Como les dije al comienzo de este  blog, lo que Benjamín y yo queremos para nuestros hij@s es que sean felices. Para ello queremos ayudarlos entregándoles las herramientas, apoyo y oportunidades que necesitan. Pero, ¿cómo saber qué los hace felices? Sería muy simple si ellos pudieran decírnoslo, aunque lo más probable es que no lo puedan hacer en el futuro cercano. La solución que hemos encontrado hasta ahora es conocerl@s: conocer sus gustos, sus habilidades, sus miedos, lo que les cuesta y lo que l@s hace reír. Y para ello tengo que estar con ellos. Acabo de ver una charla TedTalk (http://www.youtube.com/watch?v=Uq-FOOQ1TpE) sobre un niño que podría catalogarse como genio matemático/físico. Él plantea que los grandes pensadores (Newton, Einstein, etc) no eran genios, sino personas que dejaron de aprender, se pusieron a pensar en las cosas que les interesaban y luego crearon a partir de lo que habían pensado.

Yo quiero ayudar a mis hij@s en ese camino, creando un ambiente favorable para ello. Y siento que para eso tengo que estar CON ell@s: observarl@s, escucharl@s, hablarles, y aprender de ell@s

     

No hay comentarios.:

Publicar un comentario