miércoles, 2 de abril de 2014

Juana de Arco, Cleopatra y más

Han pasado algunas semanas desde la última vez que escribí. No crean que la falta de publicaciones se debe a que estoy internada en un siquiátrico....La verdad es que los días se hacen cortos y hemos viajado, así que simplemente no había tenido tiempo de escribir.

Les cuento que seguimos en nuestra aventura. La verdad, cada día más convencid@s de que fue una buena decisión, y aprendiendo a disfrutar esta experiencia. Las niñitas están muy entusiasmadas. Ya tenemos una rutina matutina: despertarse  las 7, ducha, ejercicios físicos con el papá. Mientras ell@s se mueven, yo preparo el desayuno. Luego los niños se van al jardín, nosotras ordenamos, y nos juntamos en el taller a alguna hora definida (a veces a las 9, otras a las 8:30). La verdad no preparo con mucha anticipación lo que haremos cada día...trato de ir variando y guiarme también por lo que ellas me piden. A veces trabajamos con los libros que compré de 1° básico (ciencias, sociedad, matemáticas), otras usamos otros libros de apoyo, a veces jugamos con las tarjetas que compré, o leemos. El otro día les enseñé a jugar Monopoly. Estuvimos toda la mañana jugando. La Ema practicó lectura leyendo las tarjetas y los números reconociendo billetes, la Fili suma y resta dando vuelto y pagando con los billetes (cómo un billetes de $50 es igual a 2 billetes de $20 y 1 de $10). También hemos empezado a leer biografías de personajes históricos. Durante varios días leímos la de Juana de Arco. Nos sentamos en el living y yo les leo en voz alta. Si hay palabras que no entienden, las buscan en el diccionario (ya saben usarlo casi a la perfección), comentamos lo que pasa y, aunque uno podría pensar que se aburren, están muy pendientes de la historia. Ahora estamos leyendo sobre Cleopatra, y me piden a cada rato que nos sentemos a leer.

Además, han seguido con sus paseos culturales lo que les sirve para cambiar de ambiente e interactuar con otras personas distintas a mí. Las clases de guitarra también han sido un éxito. Se ven bastante entusiasmadas: disfrutan de las clases y se concentran durante esa hora lo que les permite ir avanzando. 
 
El balance hasta ahora es súper positivo. Veo cómo aprenden las niñas y creo que, sin ánimo de alardear, han aprendido un montón. No andamos corriendo por cumplir horarios de colegio, ni firmar libretas ni hacer tareas: si queremos irnos a Santiago o tenemos otras cosas que hacer, podemos hacerlo sin el riesgo de que vayan a atrasarse. Lo mejor de todo es que, a pesar de que hemos tenido (y seguiremos teniendo) algunos encontrones, estar más tiempo con las niñitas lejos de perjudicar nuestra relación madre-hijas, la ha fortalecido.